Esta vez le ha tocado el turno a la Diosa Afrodita, Diosa de la belleza, el amor, el deseo y la fertilidad. Entregada en matrimonio al Dios Hefesto, debido a la repugnancia que le causaba debido a la fealdad de éste, le era infiel con Ares el Dios de le Guerra, del que estaba enamorada. Trataron de llevar esa relación en secreto, pero Helios el Dios del Sol los descubrió desde lo alto del firmamento y corrió a la fragua para revelárselo a Hefesto, quien tejió una red de plata irrompible. Justo en el momento en el que Afrodita y Ares daban rienda suelta a sus pasiones, Hefesto apareció y les cubrió con la red mágica dejando a los amantes atrapados. Entonces Hefesto llamó al resto de Dioses para que contemplaran la infidelidad y así avergonzar a su infiel esposa, que le suplicó que la liberara a cambio de la promesa de romper su relación con Ares. Hefesto retiró la red conmovido ante la súplica de Afrodita, liberando a los amantes del suplicio al que los había sometido.
